El 20 de mayo de 1521, San Ignacio fue gravemente herido cuando una bala de cañón le destrozó las piernas. Este momento de sufrimiento y fracaso marcó el comienzo del camino espiritual de Ignacio hacia su conversión y un seguimiento más cercano de Cristo. Se abrió un nuevo sueño para Ignacio; uno que no había pensado antes. Empezó a ver el mundo y todas las cosas nuevas con los ojos de Cristo.
La experiencia de un acontecimiento impactante que desencadena una forma de conversión, un deseo de seguir a Cristo más de cerca, un deseo de cambiar fundamentalmente la propia vida y empezar de nuevo, el descubrimiento de un nuevo sueño, una forma de ver las cosas nuevas en Cristo, no es una experiencia que se limite al siglo XVI, sino que más bien es una experiencia que todos podemos vivir.
En esta serie, personas de todo el mundo comparten un momento de bala de cañón en sus vidas… Tómate un momento para reflexionar: ¿Cuál es su momento de bala de cañón?