Descubre la vida y la espiritualidad de San Ignacio de Loyola con esta serie de vídeos.

Ser misionero sin salir de casa en una época en la que no existía internet parece algo sumamente difícil, cuanto no imposible. Sin embargo, San Ignacio vivió los últimos años de su vida en Roma y desde allí fue misionero. Puesto que entendió que la misión a la que servía no era la suya, sino que era la de Cristo. Y por ello, la cosa no estaba en recorrer miles de kilómetros o realizar las grandes hazañas que había imaginado en su juventud. Sino más bien en entregarse a Cristo, dejando que él marcara el ritmo de su vida. Y así, el final de la vida de este peregrino transcurrió en una pequeña habitación de Roma, escribiendo las Constituciones de la Compañía de Jesús, escribiendo cartas a miles de personas y ayudando así a que el nombre de Jesús fuera conocido y amado en el mundo.

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